Título original: The duchess
Dirección: Saul Dibb
Guión: Jeffrey Hatcher, Anders Thomas Jensen
País: Inglaterra – Italia – Francia
Año: 2008
Duración: 110 min.
Intérpretes: Keira Knightley, Ralph Fiennes, Charlotte Rampling, Dominic Cooper, Simon Mcburney
Fotografía: Gyula Pados
Música: Rachel Portman
Montaje: Masahiro Hirakubo


Por Brian Macchi


 FUERZA Y SENTIMIENTO

Georgiana Cavendish, Duquesa de Devonshire, nacida como Georgiana Spencer, fue la primera esposa de William Cavendish, 5º Duque de Devonshire y madre de William George Spencer Cavendish, 6º Duque de Devonshire. Georgiana era reconocida por su belleza y por su participación en actividades benéficas, obras de caridad, encuentros y otros eventos de esa índole. Se relacionaba con grandes figuras literarias y políticas de su época, lo que la llevó a tener una gran actividad en ese terreno en una era en donde el sufragio femenino estaba a siglos de ser legalizado. Tanto los Spencers como los Cavendishes fueron Whigs y Georgiana promocionaba el partido, particularmente para un primo lejano, Charles James Fox, en un tiempo donde el Rey Jorge III y sus ministros tenían más influencia directa sobre la cámara de los comunes, principalmente bajo su poder de patrocinio.

Georgiana no fue solamente conocida por sus régimen marital, su belleza, sentido del estilo, su influencia política sino también por su amor a los juegos. Se reportó que ella murió en una profunda deuda, incluso cuando su familia (los Spencer y los Cavendish) era inmensamente rica. Murió el 30 de marzo de 1806, a los 48 años, por lo que se cree fue un Absceso al Hígado. Fue enterrada en la iglesia de todos los Santos en Derby, Inglaterra.

Esta breve biografía sirve como antesala para conocer al personaje del que se sustenta el film La duquesa, cinta basada en el libro “Georgiana: Duchess of Devonshire” de Amanda Foreman.

La película comienza a partir de su casamiento con el Duque de Devonshire y exhibe gran parte de su vida dentro de la monarquía, mostrando su poco apego a las costumbres reales, su gran talento para vestirse y combinar sus ropas (que la convirtió en un ícono de la moda por aquellos días), su conflicto con  el Duque por su imposibilidad de tener un hijo varón, entre otros hechos.

El film exhibe de forma precisa cada instante importante de la vida de la Duquesa, sin caer en momentos excesivamente largos y sin sentido, centrándose en presentar lo más importante de la existencia de Georgiana. Esta característica permite ir conociendo de a poco pero profundamente a esta mujer, que por casualidad (o destino) es pariente de Lady Di (recordar que el apellido de Diana era Spencer) encontrándose bastantes semejanzas en las historias de ambas.

 

La fuerza que contiene este personaje es impactante, ya que se ha enfrentado a costumbres establecidas o ha tenido brillantes ideas en pleno dominio monárquico de las instituciones, dándole un valor agregado a su lucha. Lady Di rompió con esas “reglas” pero en una época mas “light” como lo eran las décadas del ochenta y noventa. Esa fortaleza de Georgiana es captada por el director y explotada a la máxima potencia, convirtiendo a la cinta, por momentos, en un producto emocionante y cautivante.

Pero para que esas sensaciones surjan desde la pantalla debe haber una actriz que pueda transmitirlas y es ahí donde ingresa el gigante trabajo de Keira Knightley, que mediante su porte, su belleza, su carisma logra emitir esa potencia que tiene el personaje de Georgiana. Su enorme labor en mostrar alegrías, sufrimientos y broncas de la Duquesa mediante gestos, miradas, diálogos, es digna de premiarse. Existen instantes donde sólo con un plano y una mueca de Keira alcanza para describir una situación.

No obstante, la actriz inglesa no está sola. A su lado hay otra brillante labor, la de Ralph Fiennes, que interpreta con maestría al Duque de Devonshire, presentando su rigidez, su frialdad y la frustración interna que le produce tener que ser así por su condición. Esta ultima característica se exhibe en una frase única del film, cuando el Duque mira a sus hijos correr en el parque y dice: “que bello ser así de libre”.

Además, existe un gran elenco secundario cuya labor es perfecta, ya que parecería que todos habrían nacido para cada personaje, siendo precisos y exactos en cada interpretación. A esto se suma, un gran trabajo de reconstrucción de la época, desde la ambientación y decorados hasta los vestidos y trajes como las costumbres, que permiten contextualizar perfectamente esta historia. También se encuentra el acertado trabajo de Rachel Portman en la música original de la cinta.


La duquesa
es un enorme trabajo donde todos sus elementos parecen encajar perfectamente, desde la historia y las interpretaciones hasta las labores técnicas. Una historia biográfica de un potente personaje, que fue brillantemente representado por este film, que no sólo impacta por su fuerza sino que también resulta emocionante por contar la vida de una persona mediante sus sentimientos y no de una forma fría y calculadora como un libro de historia.