Título original: Friends with Kids
Origen: EE.UU.
Dirección: Jennifer Westfeldt
Guión: Jennifer Westfeldt
Reparto: Adam Scott, Jennifer Westfeldt, Jon Hamm, Kristen Wiig, Maya Rudolph, Chris O’Dowd, Megan Fox, Edward Burns, Lee Bryant, Kelly Bishop, Cotter Smith
Fotografía: William Rexer
Montaje: Tara Timpone
Música: Marcelo Zarvos
Duración: 107 minutos
Año: 2011
5 puntos
Amistades peligrosas
Por Cristian Ariel Mangini
A veces el planteo de una película parece escaparse en algún momento de lo que era inicialmente. Como si los personajes se olvidaran de lo que eran al principio o las situaciones se esfumaran del film para seguir una continuidad arbitraria. No descubro nada aclarando que eso es lo que no debería suceder con un guión o relato, y de eso es un buen ejemplo Plan perfecto. Esta comedia, que tiene algunos diálogos memorables, cae en una unidad caótica donde la historia de nuestros personajes aparecerá inevitablemente fragmentada, disolviendo los aciertos de la opera prima de Jennifer Westfeldt.
Pero empecemos a desentrañar esto: tenemos un grupo de amigos que tras una breve introducción donde vemos lo unidos que son, se encuentran unos años después todos con hijos, excepto dos (Jason y Julie) que no logran estabilizarse en sus relaciones lo suficiente. Entonces piensan que quisieran tener un hijo sin sufrir el desgaste que ven en las otras parejas de amigos, y hacen un arreglo para tener un hijo de forma calculada, sin que eso los sostenga como pareja. La idea es tener un hijo sin el compromiso de la convivencia, permitiéndose encontrar el amor en otras personas. El giro no tiene importancia porque está prácticamente anunciado: lo importante es cómo se llega a ese punto inevitable. Y aquí es donde parecen desaparecer arcos narrativos y personajes secundarios sin que sepamos qué fue de ellos o cómo nuestros protagonistas superaron esa situación.
Pero no son todas sombras: algunos diálogos levantan interrogantes legítimos sobre convenciones sociales, el paso del tiempo o la búsqueda de integridad en la vida. Aparecen temerosamente en momentos aislados de la película, pero cuando aparecen, resultan gloriosos. Desafortunadamente, los personajes secundarios que dicen las líneas no están tan bien compuestos: sus apariciones parecen estar destinadas a ser un ejemplo que induce a nuestros protagonistas a evitar tener hijos. Son unidimensionales y su participación resulta cada vez más limitada con el paso de los minutos. Lo que parece plantearse en un comienzo como coral queda en eso, promesas, desperdiciando el talento de figuras como Kristen Wiig o Maya Rudolph.
Con la cantidad de películas que hay en esta línea se me ocurre que el atractivo puede residir en los diálogos y en que, después de todo, esta es entretenida y el público no la va a pasar mal. Sólo vayan con la idea de que los personajes que ven cuando empieza la película no serán los mismos cuando finalice.