Título original: An Invisible Sign
Origen: EE.UU.
Dirección: Marilyn Agrelo
Guión: Pamela Falk, Michael Ellis, sobre el libro de Aimee Bender
Intérpretes: Jessica Alba, Chris Messina, Sonia Braga, John Shea, J.K. Simmons, Sophie Nyweide, Bailee Madison, Marylouise Burke, Ashlie Atkinson, Crystal Bock, Mackenzie Milone, Ian Colletti, Jake Siciliano
Fotografía: Lisa Rinzler
Montaje: Sabine Hoffman
Música: Andrew Hollander
Duración: 96 minutos
Año: 2010


5 puntos


ENTRE LO FREAK Y LO INDIE

Por Mex Faliero

Como muchos dramas indies, Una señal invisible comienza con una secuencia animada que nos pone en situación respecto de lo que va a contar: aquí, el universo de una joven que sigue inmiscuida en un mundo personal e interior bastante introspectivo, y que utiliza las matemáticas no sólo como forma de relacionarse con su padre enfermo, sino también como elemento que la evade de la maldad del mundo, incluso haciéndola caer en algunos comportamientos obsesivos. Una señal invisible muestra en esos primeros minutos algunos de sus componentes interesantes, como cierto humor negro, y otros que la hacen caer en lugares comunes como un frikismo un poco sobreproducido.

La protagonista es Jessica Alba, en uno de esos intentos de intérpretes habituados a los estándares más mainstream de Hollywood por seducir a otro tipo de público y congraciarse, incluso, con la crítica. Aquí la otrora sexy de Sin city se muestra como una joven introvertida, rodeada de mohines, lookeada como una Daria con depresión y con un tono varios puntos por debajo de lo audible a la hora de hablar. Es una freak en toda regla, y lo que la directora Marilyn Agrelo hace a partir de la novela de Aimee Bender es construir el camino por medio del cual la protagonista logra salir de su zona de confort y se atreve a probar algo novedoso.

Cuando Mona Gray (Alba) es contratada para dar clases de matemáticas en un colegio primario, tanto el contacto con los niños -especialmente con una chica cuya madre está enferma- como con un profesor que se muestra interesado en ella (Chris Messina), comienzan a incomodarla y a presentarle un horizonte de afectos que está lejos de la coraza de sobreprotección que le aporta no sólo su introspección sino también su relación algo obsesiva con las matemáticas. De esos momentos, la directora Agrelo saca algunas secuencias de interés, que incluso sorprenden por su mirada que cruza lo sombrío con el humor, como así también por la imprevisibilidad de la protagonista en la toma de determinadas decisiones. No obstante, Una señal invisible no termina por hacer cuajar la relación entre las matemáticas y sus personajes, ni logra salirse del modelo de comedia dramática indie con tufillo de autoayuda que circula comúnmente, ni tampoco evita resolver sus conflictos atando demasiado todos los cabos.